Oleo y acrílico sobre lienzo
Mundos fragmentados
100 cm x 72 cm
“Mundos fragmentados” revela los planos de realidad como piezas dislocadas que, sin embargo, continúan conservando una unidad más allá del aparente quiebre. En la composición, fragmentos de un paisaje interno —texturas, planos y trazos— se disponen como cristales caleidoscópicos que iluminan la fractura consciente. Cada fragmento es un umbral de percepción: frágil en su forma, total en su vibración.
La obra no ofrece una narrativa, sino un “mapa de presencia” donde lo roto es también lo liberado. La tensión entre rigidez geométrica y fluidez tonal representa la coexistencia de múltiples dimensiones del ser, un terreno donde la ruptura genera apertura, y el vacío se convierte en espacio para habitar. “Mundos fragmentados” no es la sumatoria de sus partes: es la revelación de otro modo de comprender la totalidad.