Mensaje para el Alma:
- KAVINDRA SERAPHIS
- 22 abr
- 4 Min. de lectura
El recuerdo eterno: despertar a la conciencia que somos
Durante milenios, el ser ha habitado la existencia desde una percepción fragmentada, creyéndose confinado al estrecho margen del cuerpo y la mente, como si su identidad pudiera definirse por aquello que cambia, se deteriora o desaparece. En ese sueño persistente, la conciencia parece olvidarse de sí misma, identificándose con lo que observa en lugar de con lo que observa todo. El mundo se convierte entonces en una sucesión de formas que distraen, de nombres que dividen, de historias que esclavizan. Sin embargo, en el transcurso de esta vida, algo distinto acontece: la mirada se vuelve hacia adentro, y en ese retorno silencioso, lo que parecía olvidado comienza a recordarse. No como una idea nueva, ni como un logro extraordinario, sino como el reconocimiento inevitable de lo que siempre ha sido: conciencia pura, libre de toda atadura, más allá del tiempo, del espacio y de la forma. Es en ese reconocimiento donde el sueño termina, no como un despertar violento, sino como el suave desvanecerse de una ilusión.
Este despertar no es un fenómeno aislado ni exclusivo de ciertas tradiciones o caminos; es la expresión universal de un movimiento profundo del ser hacia sí mismo. Estudiar este proceso tiene una relevancia trascendental, pues nos invita a comprender la raíz del sufrimiento humano y la naturaleza esencial de la libertad. El hecho de que tantas vidas hayan transcurrido bajo el velo del olvido no es un error, sino una etapa del despliegue mismo de la conciencia que se contempla a través de la multiplicidad para finalmente reconocerse en su unidad. La comprensión de esta dinámica revela que todo conocimiento, todo método y toda experiencia han sido pasos hacia ese instante de claridad absoluta donde el yo ilusorio se disuelve en el sí mismo real. Así, la investigación de este fenómeno no solo esclarece el camino individual, sino que también ilumina la estructura misma del saber, unificándolo.
Desde una perspectiva integradora, todas las corrientes del conocimiento —la psicología, la filosofía, la espiritualidad, incluso la ciencia— convergen en un punto común cuando se examinan desde la raíz que las sostiene. La reflexión sobre la naturaleza de la conciencia permite observar que lo mental y lo corporal, lo emocional y lo racional, son expresiones distintas de un mismo flujo esencial. Los estudios que han abordado la experiencia de la autorrealización, tanto en contextos místicos como en marcos clínicos, coinciden en describir una sensación de unidad total, una paz sin causa, una libertad interior que no depende de circunstancias externas. Al integrar estas perspectivas, se advierte que lo que parecía exclusivo de ciertos sabios o místicos es en realidad el destino natural de todo ser humano: despertar a la verdad que ya es. Y al hacerlo, la vida entera —con sus contradicciones, sus luces y sus sombras— se comprende como un campo fértil para el recuerdo de lo eterno.
El diálogo entre las distintas visiones del ser y la realidad cobra una nueva dimensión cuando se trascienden las barreras conceptuales y se observa que cada punto de vista refleja un aspecto de una misma totalidad. Las aparentes oposiciones entre materia y espíritu, entre razón e intuición, entre lo individual y lo universal, se disuelven en una comprensión donde todo está contenido en todo. Así, la experiencia de despertar a la conciencia que uno es no niega el mundo ni la forma, sino que las abraza desde un lugar más profundo, desde la certeza de que nada está separado y de que cada cosa es una manifestación del mismo principio. Este reconocimiento transforma la existencia en una celebración de la unidad viviente, donde el ser no necesita buscar más, porque ya ha recordado que siempre ha sido libre.
El acto de despertar no marca un final, sino el comienzo de una vida completamente nueva, donde la libertad no es un ideal, sino una realidad encarnada. Esta autorrealización no es un estado estático, sino una danza consciente con la existencia, en la que se participa sin apego, sin temor, sin olvido. Quien ha recordado lo que es ya no vuelve a dormir, no porque se aferre a una idea, sino porque ha sido tocado por una verdad que trasciende todo pensamiento. A partir de allí, cada instante se convierte en un espejo donde lo eterno se contempla a sí mismo. Y aunque las palabras no puedan contener del todo esta experiencia, es posible seguir explorando, indagando, compartiendo, porque el despertar no pertenece al individuo, sino a la conciencia misma que se despierta en cada uno de nosotros.
Si estas palabras han tocado algo profundo en su interior… Le invito a sumergirse en EL PODER SECRETO DEL ALMA – EL DESPERTAR ABSOLUTO DE LA CONCIENCIA, una obra que no nace del pensamiento, sino de la experiencia directa e innegable de la Verdad. Este libro, escrito por Kavindra Seraphis desde la plenitud indivisible del Ser, no ofrece teorías ni doctrinas: ofrece presencia viva.
A lo largo de sus páginas se disuelve la ilusión de la separación, se atraviesan los velos del ego y se revela lo que siempre ha estado presente: la conciencia absoluta que somos. No es un texto para ser comprendido intelectualmente, sino para ser sentido con el corazón. Cada palabra es semilla, cada silencio es hogar.
Esta obra no pretende enseñar, sino recordar; es una invitación a despertar al paraíso que ya está aquí, ahora, en la totalidad indivisible de lo que es.
«Con EL PODER SECRETO DEL ALMA – EL DESPERTAR ABSOLUTO DE LA CONCIENCIA, descubra la experiencia de su propia esencia y la llave que abre la puerta hacia la unidad y la verdad del Ser.» — KAVINDRA SERAPHIS
El Poder Secreto del Alma: El Despertar Absoluto de la Conciencia (DESPERTAR DE LA CONCIENCIA nº 1) (Spanish Edition) Edición Kindle
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