El latido indivisible
- KAVINDRA SERAPHIS

- 27 may
- 3 Min. de lectura
MENSAJE PARA EL ALMA
Hay un silencio que no es ausencia de sonido, sino totalidad no fragmentada. Un silencio que late en el fondo de toda experiencia, incluso mientras las olas del pensamiento rompen con estruendo contra las costas del mundo. Ese silencio, tan pleno como invisible, es la verdad central que atraviesa esta reflexión: todo está unido en lo esencial, y lo múltiple no es sino el rostro cambiante de una única realidad indivisible.
Vivimos inmersos en una danza de diferencias. Ciencia, arte, religión, filosofía, psicología, alquimia, física cuántica, mística… Cada sendero parece señalar un universo distinto. Pero, si se contempla con una visión más profunda, cada método, saber y forma de experiencia revela un mismo anhelo: retornar a lo real. Como afluentes que desembocan en el océano, todos los caminos convergen, no porque sus formas se anulen, sino porque en su núcleo comparten la misma luz. La mente ve multiplicidad, pero la conciencia percibe unidad.
Las aparentes contradicciones entre razón y fe, cuerpo y alma, materia y espíritu, se disuelven cuando uno comprende que estas dualidades no son sino reflejos invertidos del espejo de la totalidad. Como una sinfonía que necesita diferentes instrumentos para revelar su armonía, el universo se expresa en múltiples lenguajes para decir lo mismo: “Yo soy”.
No es necesario elegir entre ciencia y espiritualidad, entre arte y metafísica, entre lógica y éxtasis. Todas ellas son manifestaciones del Uno que se experimenta a sí mismo en mil formas sin dejar de ser Uno. Esta comprensión no anula la diversidad, sino que la abraza con la sabiduría de quien sabe que cada diferencia es un matiz de lo eterno.
Imagine una esfera de luz pura. Cada rayo que emana de ella se convierte en una disciplina, un método, un sistema, una cultura. Pero el centro permanece intacto. Ese centro, invisible pero omnipresente, es la clave que da sentido a todo lo demás. Sin él, los rayos son meras líneas dispersas; con él, forman un mandala sagrado. Así también, sin la conciencia unificada, los saberes son fragmentos inconexos. Pero iluminados desde la fuente, revelan su interdependencia.
En las palabras de los místicos y en las ecuaciones de los físicos, en los pinceles del artista y en los versos del poeta, en el ADN del biólogo y en el mantra del meditador, hay una misma vibración que pulsa con idéntico fuego. Como dijera William Blake: “Ver un mundo en un grano de arena… y la eternidad en una hora”. Toda la totalidad en cada parte. Cada fenómeno como una puerta. Cada pregunta como una brújula.
Esta visión transforma todo. No se trata de agregar nuevas creencias, sino de disolver las fronteras que nos hacen ver separación donde hay unidad. No hay adentro ni afuera, ni antes ni después. Solo hay una conciencia que lo impregna todo, viéndose a sí misma bajo infinitas máscaras.
Y desde esta conciencia indivisible surge también mi palabra escrita, no como discurso, sino como revelación compartida. LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL no es un libro más entre otros libros, sino una guía luminosa hacia esa misma fuente que aquí se ha evocado. Si lo leído enciende una chispa en su interior, sepa que en ese libro encontrará la llama completa. Es un mapa hacia lo que ya es, pero aún espera ser descubierto.
Gracias por leer. Si desea seguir este camino interior, mi libro está disponible en AMAZON.




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