El colapso de lo conocido
- KAVINDRA SERAPHIS

- 21 jul
- 2 Min. de lectura
Mensaje para el Alma
Todo lo que usted considera valioso ha sido impuesto. Las metas, los vínculos, las ideas que sostiene sobre sí mismo. Nada de eso nace del silencio. Todo proviene del miedo, del entorno, del hábito. Y aun así, insiste en llamarlo “mi vida”.
No se cuestiona el fundamento de sus elecciones. Solo las repite. Y cuando el sufrimiento aparece, busca modificar los efectos sin mirar la causa. La causa es una: la identificación con lo que no es real.
Usted cree ser una historia. Una continuidad. Un ser en evolución. Pero esa imagen solo existe en la mente. Es mantenida por el recuerdo y proyectada hacia un futuro que no llegará. Así vive atrapado en una espera interminable. No es vida. Es repetición inconsciente.
El ego necesita esa continuidad. Vive de la comparación. De lo que “fui”, de lo que “seré”. Sin esa línea temporal, se disuelve. Y eso es lo que más teme. Ser nada. No tener nombre. No tener dirección.
Pero la conciencia no teme ese vacío. Porque no está atrapada en el tiempo. No busca pertenecer. No requiere validación. No se mueve. No cambia. Es.
La mente se resiste a esta evidencia. Quiere técnicas. Quiere caminos. Quiere garantías. Pero no hay ninguna. El despertar no es una construcción. Es un derrumbe. Y lo primero que cae es la imagen que usted protege como si fuera su esencia.
Mientras insista en sostener esa imagen, no podrá ver. Mientras espere resultados, seguirá en la ilusión. Mientras huya del vacío, seguirá siendo esclavo del deseo.
No hay evolución personal. No hay mejora espiritual. Todo eso son conceptos que alimentan la permanencia del yo. Usted no necesita crecer. Necesita ver. Ver lo falso. Ver lo ilusorio. Ver el juego del ego que siempre busca, pero nunca encuentra.
El sufrimiento no está en las circunstancias. Está en la interpretación que hace de ellas. Está en la resistencia. En el apego. En el intento de controlar lo que nunca ha dependido de usted.
La verdad no puede ser conquistada. Solo puede ser reconocida cuando todo intento cesa. Y ese cese no es una práctica. Es un ver radical. Inmediato. Incómodo. Irreversible.
Ese ver lo cambia todo. Pero no como usted espera. No mejora su historia. La disuelve. No le da respuestas. Silencia las preguntas. No le hace especial. Le devuelve a lo esencial.
Por eso no todos quieren despertar. Porque aún hay apego al personaje. A sus logros. A su dolor. A su importancia. Y mientras ese apego exista, la puerta permanecerá cerrada.
Mi libro no ofrece consuelo. No propone técnicas. No entretiene al yo. Es un espejo que revela lo que usted ha evitado ver. Si está dispuesto a mirar sin protección, será suficiente.
Este ensayo está inspirado en mi obra espiritual Despertar de la Conciencia Absoluta, disponible en Amazon.





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