De tanto pintar, llegué al arte abstracto. El arte sublime de la conciencia. JUAN URREA
El arte abstracto de Juan Urrea es su forma de expresión y comunicación más profunda, una vía para compartir con el mundo sus experiencias, ideas y sentimientos. Su objetivo principal al crear su arte es provocar, insinuar y explorar, transmitiendo aquello que mencionó anteriormente. A lo largo de su vida, ha experimentado transformaciones que han modificado su perspectiva y comprensión del mundo, y lo más importante, su comprensión de sí mismo.

Su nueva colección representa un encuentro íntimo con su ser a través del subconsciente, un lugar donde convergen múltiples elementos que desea compartir con otros. Esta colección actúa como un puente que facilita la comprensión y vivencia de aquellos aspectos que tienen en común pero que resultan difíciles de describir con palabras. En este sentido, el arte desempeña un papel fundamental. Funciona para él, pero también para quienes se acercan a su obra.

Al compartir su arte, Juan rompe con el egoísmo y aporta algo valioso para que otros puedan sanar heridas y superar conflictos que los conducen a la autodestrucción. Su obra transmite luz, esperanza, lucha y profundidad. Aunque a veces experimenta desánimo al no encontrar mercados adecuados, el verdadero propósito de su arte se eleva cuando alguien contempla, aprecia y comprende su obra, no en términos de interpretación intelectual, sino a través de una vivencia profunda y sentida.

La obra de Juan Urrea no debe ser simplemente comprendida, sino vivida en su esencia. Solo así puede alguien comprender algo sobre su propia vida y su mundo. Es a través de la experiencia sensorial, emocional y espiritual que su arte adquiere significado y trascendencia. Cada pincelada, cada línea trae consigo una energía y una intención que invita a sumergirse en el universo que ha creado.

El objetivo de Juan es crear un espacio donde el espectador pueda sumergirse y encontrarse a sí mismo, explorar su propia trayectoria y despertar emociones y reflexiones profundas. Él comprende que el arte tiene el poder de abrir puertas hacia la introspección y la sanación, de despertar conciencias y de brindar consuelo en tiempos de dificultad.

Aunque el camino del artista puede ser desafiante, cada mirada que se posa en la obra de Juan y cada conexión que se establece con ella es una confirmación de su valor. Su arte trasciende la venta y la comprensión superficial, es un medio para tocar almas, despertar la sensibilidad y la empatía en aquellos que lo experimentan.

En su viaje como artista, Juan ha aprendido que el propósito más profundo de su obra no radica en el reconocimiento o la fama, sino en la capacidad de tocar corazones y transformar vidas. Él considera un privilegio poder compartir una parte de sí mismo a través del arte y, al hacerlo, espera inspirar a otros a explorar sus propias emociones y perspectivas, y a encontrar en sí mismos la chispa creativa que puede cambiar el mundo.

Juan Urrea invita a todos aquellos que se adentren en su obra a dejar de lado las expectativas preconcebidas, a permitir que las emociones fluyan y a sumergirse en el viaje que les ofrece. Les anima a descubrir en cada trazo, en cada matiz, la posibilidad de una transformación personal y colectiva. El arte es el lenguaje del alma, y solo cuando se vive y se siente, se puede experimentar su poder en plenitud.